domingo, 28 de octubre de 2007

lunes, 22 de octubre de 2007

ASTORGA (ESPAÑA)

Ciudad española ubicada en la provincia de León.
Originalmente fue asentamiento de astures y en el 14 A.C., las tropas romanas la llamaron Astúrica. Luego el emperador Augusto le agregó su nombre, siendo entonces Astúrica Augusta.
Fue la mas importante ciudad del noroeste de España durante el Imperio Romano.
Hoy es capital de La Maragateria.
Forma parte del Camino del Apostol Santiago.
El palacio episcopal de Astorga fue diseñado por Antonio Gaudí.

EL PAIS DE LOS MARAGATOS

El territorio maragato ocupa la parte occidental de de León (España), entre las últimas llanuras de la cuenca del Duero y los Montes de León. Son un total de 52 pueblos extendidos por el faldeo del Monte de Teleno. La capital actual es Astorga (Astúrica Augusta).
Los rios de aguas claras y transparentes le han dado forma al paisaje con hermosos valles. Los rios mas importantes son: Argañoso, Jerga, Pañote, Turienzo, Peces y Duerna, que encauzan sus aguas al rio Orbigo.
Los materiales geológicos dominantes son las pizarras (negras o azuladas), cuarcita armonicana, que se hace patente en las cumbre del Teleno. No obstante los periodos mas representativos son el terciario y cuaternario, con arcillas arenosas, cantos de cuarzo, arenas y materiales de aluvión.
La topogarfía del País de los Maragatos ha permitido el desarrollo de una arquitectura contrastada, popular y burguesa, de recia personalidad en su conjunto. Sintoniza perfectamente con las necesidades humanas de los maragatos y conecta ecológicamente con el entorno donde se levanta. Muestra elementos de protección y de aprovechamiento; reduce considerablemente la incidencia de las variaciones climáticas por medio de materiales, muros, techumbres y orientaciones.

Los tipos básicos de la arquitectura son:
Casa de sobera: - a una agua

- a dos aguas: - de lomera
- de picuruetu
- de peñal con grillandas
Casa de losa del pais.
Casa de corredor en fachada
Casa de patia
Casa arriera - De corral central
- De corral lateral
- Vivienda señorial
La construcción más llamativa, por su primitivismo y simbología, es la casa de sobera. Va techada con "cuelmo", paja de centeno mojada. Su colocación va por "sillas" de tres, bien "atao" con el "bilorto" a las "yatas" y "cantiaos".
A medida que se va techando, se paletea el "cuelmo" con la "espada" o "azotadera" para conseguir una caida adecuada. La "cumbre" se protege con tierra y "tarrones" muy tupidos. Las techumbres de sobera no llevan chimenea: el humo sale por entre las pajas del cuelmo.
La casa arriera es testimonio de la actividad trajinera de los Maragatos a partir del siglo XVIII.
Otras construcciones de interés etnográfico son: molinos, fuentes y ermitas.

Algunos pueblos maragatos: Lucillo,, Filiel, Chana, Rabanal del Camino, Castrillo de los Polvazares, Santa Colomba, Quintanilla, Santiago Millas, Val de San Lorenzo, Luyego de Somoza, Valdespino.

domingo, 21 de octubre de 2007

EL CLIMA MEDICINAL DE LAS SIERRAS

Un capitulo del Libro "Historias de Punilla" de Alfredo Julio Ferrarassi
Todo el libro me pareció muy interesante pero en especial este capítulo que
muestra los motivos del comienzo del desarrollo turistico de la zona y en especial de la ciudad de La Falda.


El clima medicinal de las sierras

Merced al estudio de los antropólogos, hoy podemos saber, como fue el comportamiento, respecto de la medicina, en una sociedad determinada. Gracias a esos conocimientos se ha podido establecer que existen elementos universales en todas las culturas. Esto es, que en distintas sociedades, aún cuando nunca estuvieron en contacto, arribaron, y ello es visible en el arte, en la medicina, en lo religioso y en otras acciones, a similares estadios de desarrollo.
En el caso de la medicina, encontramos la creencia de que plantas o hiervas, podian por sus formas (entiéndase frutos, hojas, etc.), representar un órgano del cuerpo humano y por ende servir para curar esa parte del cuerpo, si estaba afectada.
Idéntico razonamiento se usaba para tratar de curar enfermedades que se manifestaban por el color y que encontraban, en infusiones o preparados de idéntico tono, el alivio deseado.
Ese conocimiento empírico fue, sin dudas, un largo proceso de búsqueda y experimentación, de fracasos y logros, hasta poder arribar a un cúmulo de verdades que servirian para asegurar la continuidad del grupo humano y variarian de acuerdo al tipo de sociedad que, en el marco de un mayor o menor desarrollo, hiciera elaboración y aplicación de las mismas. Pero lo interesante es que más allá del nivel de progreso que reconozcamos en ellas, todas debieron pasar por un nivel básico de conocimiento que podrá haberse enriquecido o haber sido fuente de enriquecimiento, si tuvieron contacto y/o comunicación con otras comunidades, con otros pueblos, con todo lo que ello encierra, en cuanto a la identidad de preservar.
Cuendo Jerónimo Luis de Cabrera nos habla de las supuestas inclinaciones al alcohol de los pueblos comechingones, proyecta sobre éstos su escala de valores, que no era para nada parecida a la que podían tener los nativos. Este prejuicio no invalida la obra de Cabrera, ya que éste era un conquistador y no un estudioso de la antropología cordobesa. Cuando vertimos este juicio, lo fundamentamos en que se debe respetar el sistema de valores de cada sociedad, so pena de cometer un grueso error
discriminatorio respecto a lo que es diferente a nuestra sociedad.
Así, esas ceremonias, festejando la cosecha de la algarroba, tenian un elemento ritual que los españoles no podian entender, lo cual no significaba que fueran alcohólicos. Este razonamiento se puede extender al uso del cebil, un potente alucinogeno, vehículo indispensable para la comunicación con los dioses. Np eran pueblos adictos, ya que no hacian uso del cebil como evasor y también porque era menester pasar por una ceremonia de iniciación y porque de ella participaba toda la comunidad. Pasado el periodo festivo, a nadie se le hubiera ocurrido "consumir" esos productos, ya que existia un estricto control de los mismos por parte del brujo de la tribu.
En este concepto es necesario detenerse, ya que contrariamente a lo que creemos, habia en estas comunidades una diferencia entre brujo y chamán y solemos confundir las funciones de cada uno.
En efecto, el brujo era el médico de la tribu, curaba los males del cuerpo y sabia que hierbas debian usarse en cada caso. Sin dudas su peso dentro de la sociedad era tremendo y esto tal vez haya provocado el olvido del otro médico de la tribu, llamado chamán, dedicado a curar "el alma". Era el encargado de ayudar el viaje de ésta cuando abandonaba el cuerpo, rumbo al otro lugar que debia ocupar en el más allá.
Confundir ambas funciones es un error en el que se suele caer, ya que se subestima la escala valorativa de los aborigenes.
Al producirse la conquista, los españoles debieron usar necesariamente, las hierbas que usaban los comechingones porque se carecía de boticas y porque como manifestaba el Padre Lozano "los indios conocen mejor que los médicos, yerbas medicinales para muchas enfermedades y heridas y con ellos se curan mejor que con las de los dédicos"
La importancia del uso de las hierbas cordobesas, en especial las serranas, hizo que "especialmente los sacerdotes evangelizadores, entre los que distinguieron los jesuitas, procurábanse con singular interés en adquirir conocimientos y experiencia de la Flora Regional para incrementar la materia médica europea, a la vez que hacer más propicia la acción.
La fama de la flora mecicinal de la serrania cordobesa, ganaba cada vez mayor prestigio por lo que "exploradores botánicos y médicos, han recorrido nuestra campaña y estudiado especialmente nuestra vegetación serrana; han abundado en ponderaciones sobre las virtudes curativas innegables de muchisimas especies ya clasificadas cientificamente y muchas de ellas conocidas en su commposición química y por esto acreditadas como medicinas naturales de aplicación racional y empírica"
Por sus aportes al conocimiento de nuestras serranias como fuente de plantas medicinales debemos hacer especial mencion al Padre Tomás Flaker, sacerdote jesuita nacido en l710 en Manchester y que fue un verdadero conocedor de la pócimas a suministrar a enfermos. Pero el reconocimiento no debe detenerse en lo médico, sino en su labor como herborista, como geólogo y como anatomista. Cuando en 1767 los jesuitas fueron expulsados, el Cabildo de Córdoba mandó otro médico lpara suplantar a éste, designándose para tan humanitaria labor al Dr José Coll.
A medida que las Sierras de Córdoba fueron contando con caminos apropiados (1805) para poder trasladar sus productos hacia la capital y sus provincias vecinas, la flora, en especial la medicinal, fue fanando un lugar privilegiado, a la par de que, algunos años después, su clima, comenzó a ser destacado como curativo. Las bondades de las plantas fueron estudiadas en forma detallada por destacados cientificos. De uno de ellos, Curt Venator, hemos seleccionado, por su rareza algunas especies, a modo de ejemplo. La Cola de Quirquincho es un emanagogo abortivo y un purgante drástico, aunque aquí se la conozca como supuesto afrodisiaco; el Clavel del Aire, hoy una plaga, es recomendada para las enfermedades del corazón; el Tala con sus hojas aporta alivio a las indigestiones; el Cachiyuyo fue usado por los serranos, como ceniza para la fabricación de jabón y como rapé, pulverizando sus raices; el Paico era recomendado como té para las personas histéricas; la Uva de Campo, contiene alcaloides en su composición, por lo que se la uso con ese fin.
La nómina es inmensa y da lugar a la elaboración de un tratato, sólo quisimos graficar, a modo de rareza, lo desconocido de algunas propiedades y que sin duda fueron conocidas por los aborígenes y por los españoles, lo que hizo de las sierras, un santuario de la salud.
Deciamos que a mediados del siglo XIX, el clima cordobés comienza a ser considerado como fuente curativa de ciertas enfermedades, especialmente las pulmonares, que casaban estragos en el mundo, mayormente en los paises industrializados desde los cuales se propagaba hacia el continente americano.
En la provincia de Córdoba encontramos hacia finales de la centuria, una preocupación manifiesta por este mal y prueba de ello es el tratamiento a nivel legislativo del mismo, ya que por los estudios médicos realizados se conoce de las bondades del clima de nuestras sierras.
Asi, en el Proyecto de Ley del Gobernador Ambrosio Olmos, refrendado por su Ministro Ramón J. Cárcano y enviado a la Legislatura el 4 de agosto de l886, se analiza la necesidad de construir un ferrocarril de Córdoba hasta la Villa de Cosquin y lo ventajoso de hacerlo con Mr Taylor.
Entre los argumentos presentados están los económicos, donde las riquezas y la producción de nuestras sierras son ensalzadas, pero hay otro aspecto desde el cual debe considerarse la necesidad de llevar adelante esta obra .. "se ha dicho con razón que la sierra de Córdoba, como la Suiza en Europa, las Montañas Blancas o el Niágara en los Estados Unidos, será en breve el complemento necesario de la vida culta y elegante de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, no solo por los atractivos de su naturaleza, sino también por la bondad de su clima que especialmente en la estación del verano, la higiene aconseja cambiar.
Como se puede apreciar, en cuanto a posibilidades, se coloca casi en pie de igualdad al clima, a las riquezas mineras y a las agropecuarias. Son los considerandos de un proyecto que, vale la acotación, no pudo realizarse, pero que no caerán en el olvido,
pues el 27 de agosto del año siguiente, el Gobernador Olmos reiterará la importancia de las propuestas de Mr Taylor, al presentar el Proyecto de Ley para la creación de un Ferrocarril a Cruz del Eje. El Dr Santos Sarmiento, destacado médico tisiólogo, nos relata que, por su bondad climática y en lo que a la lucha contra la tuberculosis se refiere, Punilla está a la altura de Davos y Tanger, en Suiza y Marruecos, respectivamente. Porque a pesar de que el bacilo fue descubierto por Roberto Koch en 1883, "desde 1900 a 1946, el clima, el reposo y la alimentación, eran el tripode del tratamiento...la cama de la internación era fundamental y el clima el mejor alidado. A esto debemos agregar que no existía, hasta mediados de la década del 40, el antibiotico, como medio de lucha conta este mal.
No debe extrañar entonces, que las Sierras de Córdoba sean consideradas como un recurso terapéutico por sus condiciones climáticas. Así el 22 de setiembre de 1899, por Ley Nacional 3087, se acuerda celebrar contrato con el Dr. Fermín Rodriguez (h) para construir un sanatorio de tuberculosos en el paraje denominado Santa Maria, al sud del Valle de Cosquin".
Entre los puntos destacados de ese convenio figura que se "hara construir un pabellón de 50 camas y sus anexos para asistencia permanente de tuberculosos curables, becados por el Poder Ejecutivo... la asistencia médica de los becados será igual a la del sanatorio particular".
Respecto de esta obra sostiene Felix Garzón Maceda ... "la empresa fuye un desastre como negocio y como dedicina social poco eficaz (luego agregaba) en honor a la verdad, creo poder afirmar que si fracasó el Dr Rodriguez en su empresa fue porque nunca lo concibió como negocio, si él perdió tiempo y dinero, mas perdió la nación y sobre todo nada benefició a Córdoba, porque en dicho sanatorio jamás albergaron sus tuberculosos, de todas partes, menos de Córdoba, asistian ... la enfermedad ha tomado desde aquella fecha hasta el presente (Circa 1916) proporciones y extensión que la constituyen en el mas mortifero de sus flagelos".
Debemos acotar que el fracaso de esta tantativa resultó de querer mezclar dos elementos que por si mismos son incompatibles: el sanatorio particular y el pabellón mantenido por el estado mediante becas, que commpartían un mismo predio y una misma administración, mas allá que estuviese programado que dicho pabellón debia pasar una vez amortizado el préstamo a la Sociedad "Madres Argentinas".
Este hospital fue nacionalizado por Ley 7517 del 30 de setiembre de 1910 y terminada su ampliación en los finales de 1915. La cura, tal cual la describe el Dr Santos Sarmiento, se dividia, mas alla del consabido reposo, entre dos teorias encontradas: una que sostenia la necesidad de utilizar el sol como fuente curativa y la otra, que recomendaba el reposo en la sombra de las galerias. Habia por cierto distintos tipos de cirugias aplicables según los casos. Pero será el año 1946, cuando se inicie la era del antibiotico y proponga otra visión del tratamiento, que llegará a ser ambulatorio.
Volviendo a la nacionalización del Hospital Santa Maria, diremos que nos llama la atención una parte del proyecto que a continuación transcribimos... "debiendo destinarselo a maestros tuberculosos -pero una posterior sanción del Congreso amplia su destino- para los empleados nacionales pobres". Hoy, como ayer, por sus salarios, los agentes estatales fueron y son la variable de ajuste.
A modo ilustrativo diremos, que el Hospital Santa Maria fue para el sexo masculino y el Domingo Funes (1938) para el femenino y que desde, Bialet Massé a Molinari, existieron "casas higienicas" o pensiones donde se hospedaron enfermos en la búsqueda de su curación.
El clima de las sierras fue conocido, comprobado como curativo y difundido a nivel mundial, desde 1830, por "Memorias", obra del reconocido médico inglés, Dr Schrivener, quien sostenia "la marcha alarmante y progresiva de la tesis tuberculosa debe preocupar la atención de las autoridades públicas para la formación de un Sanatorio para tísicos en las Serranias de Córdoba".
Esto nos lleva a plantearnos dos hipótesis de carácter histórico: la primera, relativamente fácil de corraborar y la segunda, imposible de profundizar debido a la falta de medios económicos y una politica de aliento a las investigaciones regionales por parte de entes oficiales.
Nosotros sabemos que uno de los interrogantes, siempre presente, es porque Roberto Bahlcke decidió construir un hotel en La Falda y cual fue la razón de peso, que hizo que un grupo de tanto prestigio mundial como la banca Tornquist aportara los fondos para su construcción. Creemos que si la obra de médicos como el citado o el proyecto del ferrocarril de Mr. Taylor eran conocidos, no es descabellado imaginar, que dada la importancia del flagelo tuberculoso, el proyecto de dicho centro haya sido construir un hotel en un lugar de reconocidas bondades climatológicas, para que los pasajeros elojados pudieran encontrar el descanso y el fortalecimiento necesario para poder prevenir tan temido mal. Esto explicaría, también, el porque del nombre del Edén Hotel, ya que precisamente en el edén no existian enfermedades y se estaba alejado de los males, siendo en suma, sinónimo de seguridad y bienestar.
Santos Sarmiento sostiene... "el Valle de Punilla fue considerado como zona privilegiada por su clima, su vegetación y sus rios; pero no se habian investigado sus cualidades. Es el 1900, que un medico porteño, el Profesor Enrique Tornú, recorre el valle, se instala en Cosquin y estudia la climatologia local. Descubre las cualidades, las publica y recomienda su utilización en algunas enfermedades humanas, dando mayor significado en el tratamiento de las tuberculosis pulmonares.
En cuanto a los estudios que evaluan las bondades del clima de Punilla, en donde La Falda ocupa un lugar relevante, podemos mencionar a dos que por su profundidad médica siempre fueron citados: el Dr. Pablo Galatoire (realizó, desde Capilla del Monte hacia el sur del Departamento, uno de los estudios más completos respecto de los beneficios del clima para el tratamiento de la tuberculosis y es junto a Tornú, uno de los primeros en profundizar esta temática) y el Dr Ramón Brandán (estudios que datan de 1940).
No en vano una publicación del Edén Hotel, a la cual ubicamos cerca de 1917, por los datos referidos al camino El Cuadrado, remarca... "en la maravillosa region de las Sierras de Córdoba, el Edén es el punto ideal de residencia para toda época del año y el sitio mas delicioso de expansión del espiritu, donde se está libre de contacto con enfermos, por no admitir allí a los que padecen males contagiosos -dentro de una especie de condado, a cubierto de toda contaminación interna y externa -por tratarse de una propiedad que cuenta con mas de 1500 hectáreas de superficie".En el mismo folleto se mencionan: la pureza del agua, la altisima calidad de los alimentos y por cierto la esmerada atención.
Estas referencias, ubicadas en una época de altísimo temor a la tuberculosis, nos sirven para precisar que el turismo de esta zona era de corte preventivo, en una búsqueda de afirmación de la salud.
Nos llama la atención que la construcción del Edén Hotel estuviera de acuerdo a las normas mas avanzadas del mundo en cuanto a la orientación que las "casas de curación"(hospitales) debian tener. En efecto "para la ubicación -sostiene Sarmiento-tiene evidentemente que tenerse en cuenta: primero, la orientación de la cadena montañosa, que tiene influencia sobre la dirección predominante del viento, de modo (que) no puedan construirse perpendiculares a la cadena montañosa, sino paralelos y un poco alejados de ellas. Con el alejamiento de la montaña se gana mayor cantidad de horas de insolación y se evita la influencia de las corrientes aéreas de convención, que se producen entre el pie de la montaña y la cima.
Las pautas citadas perduran, ya que para julio de 1930 la revista Gloriosa Nación haciendo referencia a la Provincia de Córdoba, dedica una página a La Falda y sostiene... " mucho se ha hablado sobre las bondades climatéricas, los bellos panoramas que ofrece la naturaleza en la deliciosa Estancia y Hotel La Falda". La crónica se extendia por varias páginas para ponderar como merced... "esta región de las Sierras de Córdoba donde se está a cubierto de las enfermedades por el riguroso control ejercido en la admisión de huéspedes para evitar la entrada de enfermos contagiosos. Como podemos ver, uno de los más caros argumentos del Edén Hotel, era el de asegurar la imposibilidad de adquirir tuberculosis.
Por lo que significa para nuestra historia Juan Bialet Massé, ya que fue, en 1887, propietario de la Estancia La Falda y por lo que significa por sus aportes sociológicos, es que hacemos referencia a su opinión sobre el mismo. "Allá, en fondo del norte, se ve en La Falda el Hotel Edén con su hermoso edificio, y el ramillete de las Huertas Grandes y la Cañada, teniendo por fondo las alturas de San Ignacio y los Cerros de Capilla del Monte.. En esta región privilegiada los tuberculosos encuentran la salud cuando ellos no han perdido los pulmones, porque éstos no los puede dar el clima", Este panorama se mantendrá hasta la aparición del antibiótico, que posibilitó erradicar el mal. Ahora bien, siempre se dijo, que la "incautación" del Hotel para alojar a los prisioneros japoneses fue un duro golpe del cual los laboriosos hermanos Eichhorn no pudieron reponerse, marcando ese suceso el comienzo de la declinación del mismo.Nosotros creemos que también es necesario tener presente la siguiente variable: 1946, aparición del antibiotico y comienzo del fin de la tuberculosis como flagelo. La coincidencia de fechas es llamativa y tal vez la posibilidad de viajar, de contactarse sin temor al contagio, sea una de las causas de esa caida. Por otro lado, no debemos olvidar, ya que su importancia es enorme en la historia argentina, que también está en marcha el fenomeno peronista y que las costumbres cambiaron notablemente en todos los aspectos..
La segunda hipotesis, podrá ser demostrada o no de poder contar con la posibilidad de cargar en una computadora con los registros de los huéspedes del Edén Hotel, del Hospital Santa Maria y en menor medida del Domingo Funes por su fecha de inauguración, y tratar de encontrar la repetición de nombres, como indicador de que se buscó de restablecer algunos casos de saludo en La Falda, que lo mismo no pudo hacerse y se busco solución en aquellos sanatiros.
En definitiva, lo económico es factor importantisimo en las investigaciones, tal vez otros estudiosos, con un mayor presupuesto, puedan corraborar esta hipótesis y permitirnos conocer en mayor profundidad nuestro pasado, el cual no perderá para nada su brillo, ya que sería hora de comenzar a valorar un aspecto poco conocido.Por otro lado, el hecho que para el siglo pasado, en Europa, se construyeran famosas "villas" (por centros hoteleros) en sitios tales como termas o montes, que por su pereza del clima, garantizaran unas reparadoras vacaciones, en cuanto a la salud, no hace mas que realzar la visión, el empuje y la constancia de quienes nos legaron un Hotel que con el tiempo diera origen a la actual ciudad de La Falda.